Una vez, dos aldeanos estaban sentados bajo un árbol, mirando el atardecer. Eran muy buenos amigos. Luego de estar sentados en silencio durante un rato, uno le preguntó al otro: ¿Qué estás pensando?” El otro respondió: “Estoy planeando comprar cinco acres de terreno, un jardín”. El otro amigo dijo inmediatamente: “¡No compres un jardín!””
El primero, se sorprendió. Preguntó: “¿Por qué?” El segundo respondió “Yo estoy planeando comprar un búfalo. Entonces mi búfalo entrará a tu jardín y nos pelearemos, habrá malos entendidos y perderemos nuestra amistad. No quiero perder nuestra amistad”
El primero dijo: “Entonces, cancela tu plan de comprar un búfalo. Yo voy a comprar mi jardín”. El segundo dijo: “No, no, no. Ya he decidido comprar un búfalo”. El primero dijo: “¿Cómo hará tu búfalo para ingresar a mi jardín? Lo vallaré minuciosamente”
El segundo dijo: “No, fíjate, simplemente podrá entrar. Un búfalo es un búfalo. ¿Quién puede detenerlo? Puede hacer cualquier cosa”-
¡Luego la pelea llegó a tal punto que se quebraron sus miembros!
Ninguno había comprad un búfalo ni un terreno. No había sucedido nada. ¡La mera carrera de la mente hizo que se quebraran los miembros por ese tema! Nuestros miedos también son así. El futuro aún no ha llegado. Pero igual te sientas y piensas: “¡Ay! ¿Qué sucederá?”” ¡Hay tanta ansiedad por el futuro!” ¡En esa carrera, la mente se complica tanto que es incapaz de ver el momento presente a medida que se desarrolla!
La mente se olvida completamente de la Divinidad. “Yo, mío, ¿qué sucederá mañana y el día posterior, y el día posterior a ese día, el próximo año, dentro de diez años?” La gente planifica de este modo incluso hasta el próximo renacimiento. Cuando una pareja está recién casada dice: “ Seremos marido y mujer por muchas vidas por venir”. Esta vida no les alcanza. “Seremos marido y mujer por las próximas siete vidas” En realidad, puede que se harten uno del otro en esta vida, ¡pero hablan de las próximas siete vidas!”
Deberíamos experimentar la presencia de la Divinidad, la luz de la Divinidad a nuestro alrededor.
Para experimentar eso, tu mente debe desearlo. ¿Alguna vez deseamos la luz Divina? ¿Acaso surgió alguna vez en ti ese deseo de experimentar el mayor estadio de paz interior? ¿Surgió de lo profundo de tu interior? La luz Divina es la que hace que el mundo entero funcione. ¿Alguna vez la deseaste? Cuando cantas o rezas, debería haber un involucramiento total. Pero no te involucras completamente porque si la mente está preocupada por otra cosa no existe plegaria alguna. Debería haber un involucramiento total. Cuando hay dolor, el involucramiento es mayor.
Si te consideras cautivo, continuarás cautivo. Libérate ahora mismo. Siéntate y siéntete satisfecho.
Temes abrir tus puños. ¿Qué es lo que tienes que debes mantener tus puños cerrados? No tienes nada. Abre tus puños. El cielo entero estará en tus manos
Sé natural. Estate con el amor. Presta servicio. Celebra la vida.