Debes saber que la humillación no te debilita, te fortifica.
Cuando tienes sentido de pertenencia, no te sientes humillado. Mientras más egoísta seas, mayor humillación sentirás. Cuando eres como un niño, y tienes un gran sentido de afinidad, no te sientes humillado.
Cuando estás comprometido con la verdad y no con tu ego, entonces no te sientes humillado.
Si tienes temor a la humillación, no puedes ni progresar en tu vida material, ni en tu vida espiritual. Cuando te paras por sobre la humillación, puedes acercarte al Ser, a Dios. Cuando estás impregnado en el amor, con la Existencia, con la Divinidad, nada puede humillarte.
Entonces, la salida para la humillación es:
¡Siéntete humillado!
Sé como un niño
Sé loco
Imprégnate en el amor con la Divinidad
Comprométete totalmente con la Verdad y el Conocimiento