Así como el auto se queda sin gasolina y tú tienes que volver a "recargarte" una y otra vez, tu dedicación y tu compromiso se agotan con el tiempo y necesitan de renovación constante.
Debes dedicarte y rededicarte una y otra vez.
Las personas a menudo dan por sentada su dedicación pero luego la mente comienza a demandar y quejarse. Cuando la dedicación no es total, te lleva hacia la queja.
La dedicación total te brinda enorme entusiasmo y energía, confianza, y un gran reto, y al mismo tiempo no permite que entre el ego.