19th of May 2012
El grupo cuenta con el apoyo de El Arte de Vivir, la fundación internacional dedicada a reducir la violencia y el estrés en la sociedad. Nicolás Pucci, de 32 años, recuerda que primero eran "unas 10 personas; de una fiesta a otra la cantidad fue multiplicándose". Tanto que la Yoga Rave de mañana se realizará en Groove, un boliche de 1500 metros cuadrados. Y de 20 a 24, ni un minuto más.
De Yoga Rave se habla como de "la fiesta libre de alcohol y drogas que demuestra que otra forma de divertirse es posible". Según los que organizan, hay gente a la que "le encanta bailar y conocer gente, pero tal vez no está cómoda en lugares donde todos beben y fuman". La idea gustó: ya se realizó en el interior, además de Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Estados Unidos y la India. Este año se suma Europa. En Yoga Rave resuenan los mantras, esas frases en sánscrito cuya vibración eleva la energía de forma natural. Pero no son mantras cualquiera: son mantras llevados al plano electrónico y mezclados con pop, rock, hip hop, tecno y hasta reggaeton. Y detrás de esta fusión particular está So What Project!, integrado por Pucci y Rodrigo Bustos (29), que además de músicos son productores, técnicos y diseñadores de sonido. En la fiesta de mañana lanzarán su segundo disco, BlossOM (en inglés, blossom significa florecer).
INOLVIDABLE
La música en vivo, el yoga y la meditación "son caminos que llevan a lo mismo: al propio ser, a la dicha ilimitada que reside en cada uno. La combinación es explosiva e implosiva", explica Bustos. Y Pace dice que con la meditación, además, la gente recupera energía "y al otro día está como nueva. Es como apagar el celular para ponerlo a cargar, se carga mucho más rápido".
Los asistentes a estas fiestas no las olvidan fácilmente. "Fue increíble -se maravilla Isabella, de 27 años-. Jamás había escuchado algo así y me sentí muy conectada con la música y filosofía que proponen. No soy precisamente el modelo yoga, aunque tampoco el otro extremo. Pero sería genial que todos pudieran vivir esto sin importar sus hábitos. El bailar y sentir la música al ciento por ciento da una sensación de libertad mezclada con endorfinas que ninguna otra cosa puede dar de forma real. Se sale revitalizado..., y con una sonrisa de oreja a oreja."
En tanto, a Lucía, de 26 años, Yoga Rave le resultó "extraña en cierto sentido" y los concurrentes "medio freaks, todos excitados". Suele ir a fiestas electrónicas de las clásicas, de las que rescata "el contexto, la música y el estado anímico". El balance de Yoga Rave: "Divertidísima".
En los encuentros hay desde adolescentes hasta adultos, a veces con chicos. Pucci recuerda que en Río de Janeiro una abuela de 88 años llegó con dificultades al caminar, asistida por dos personas. Pero "había tanta energía en el lugar que hacia el final bailaba en el escenario. Era una niña de 88 años. Hay videos".
Evidentemente el concepto trasciende fronteras geográficas, diferencias culturales y de edad. Y así lo vislumbran los chicos de So What... "Soñamos con un mundo conectado por el amor y la paz", declara Pucci, y para Bustos el crecimiento del fenómeno era inevitable: "Hay una fuerza impresionante por detrás de todo. El movimiento nació con tanto amor que no tiene barreras. Yoga Rave y So What son instrumentos del cosmos para llevar este mensaje de amor, agradecimiento y celebración. Buscamos descubrir que nosotros somos una fiesta, simplemente hay que bailarla"