¿Meditar? ¿Quién, yo?

¿Meditar? ¿Quién, yo? Esa es la reacción típica de muchas personas que sienten que la meditación es algo difícil de hacer, algo lejano. Acostumbrados a realizar la misma actividad durante mucho tiempo, consideran absurda la posibilidad de sentarse con los ojos cerrados por tan solo 10 minutos y hacer nada. Aquí, algunas de las razones más comunes por las cuales la gente encuentra difícil meditar, y sus posibles respuestas.  

-Trabajo nueve horas en un empleo de mucha presión, además del tiempo que pierdo en el tránsito. Es difícil encontrar un momento para meditar.

-Si no tenés tiempo, esa es la razón por la que deberías meditar. La meditación te agrega horas al día. Unos 15 ó 20 minutos diarios pueden ayudar a mejorar la concentración y la productividad, el trabajo se hace más rápido y te deja más tiempo para hacer otras cosas.

Recordá: Si encontrás 15 minutos para meditar en el día, vas a ser capaz de encontrar tiempo para hacer todo lo demás.

-¡¿Sentarse quieto en un solo lugar con los ojos cerrados por 20 minutos?! No es para mí.

-Realmente no es tan difícil cuando se trata de sentarse y meditar. Al finalizar esos 20 minutos, tal vez ni te hayas dado cuenta de que pasó todo ese tiempo. Es más, no hay nada más refrescante que una meditación corta. De hecho, puede ser que sientas que te levantaste de un sueño profundo de ocho horas.

-Soy considerado un líder en el colegio. Si empiezo a meditar, voy a parecer alguien de otro planeta. Mi amigos van a preguntarme qué me pasa. 

-En general ese es un concepto erróneo en las personas jóvenes. La meditación ya no es un concepto del más allá. Un montón de personas quieren aprender esta técnica y disfrutar de sus beneficios. Es más, funciona para todos -chicos, jóvenes y adultos- en diferentes niveles. Como estudiante, podés vivenciar que tu concentración mejora y los resultados en tus exámenes también. Incluso sos más hábil para manejar la relación con tus padres y tus amigos.

-Mi familia piensa que si medito me voy a convertir en un monje tibetano. 

-Solo necesitás ser habilidoso para manejar esto. La meditación puede ayudarte a adquirir esas habilidades para ser más sensible, intuitivo y conectar mejor con tu familia. Al principio puede ser un desafío hacerles entender tu punto de vista, pero si continuás meditando, ellos van a empezar a observar los cambios positivos en vos; tu presencia serámás placentera y tus habilidades de comunicación mejorarán.  Lentamente, ellos empezarán a sentirse cómodos con la idea. Definitivamente es ideal si todos meditan juntos, ya que siempre es más efectivo para crear un ambiente positivo.

-Una vez que cierro mis ojos, ¿qué tengo que hacer? ¿Qué sucederá?

-Ese sentimiento es natural, porque estamos tan atrapados en la acción, que soltar y dejar ir parece imposible. Pero tomalo con calma. Todo lo que necesitás hacer durante la meditación es simplemente relajarte. Para empezar, podés hacer una meditación guiada y te vas a dar cuenta de lo fácil que es llegar al estado de “no hacer nada”.

-Mi casa es muy ruidosa. Tengo hijos y es difícil encontrar un momento tranquilo para sentarme a meditar.

-Notaste que si estás cansado o con sueño, es fácil dormitar en cualquier lugar, ya sea en un tren o colectivo en funcionamiento, o en el medio de una película en el cine. Esto sucede porque no tenemos opción, la mente automáticamente se apaga incluso en el lugar más ruidoso. En la meditación, tenemos la opción de apagar nuestra mente por un tiempo. Es cuestión de práctica y de aceptar los ruidos alrededor.

-Cuando hay tanto para hacer por la sociedad, ¿cómo voy a sentarme a meditar?

-Ese es exactamente el momento en que la meditación puede ayudar. Te da la fuerza para servir y ayudar a encontrar una solución a los conflictos de la sociedad. Cuando meditás, afectás a tu entorno de una manera positiva. Con el tiempo, una meditación regular te va a ayudar a cambiar muchas cosas, incluso te darás cuenta de que cosas positivas empiezan a suceder a tu alrededor.

 

Inspirado en las charlas de Gurudev Sri Sri Ravi Shankar

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