Permanecer en el yo te convierte en el San Valentín para el mundo entero. El espíritu es el San Valentín de la materia y la materia es el San Valentín del espíritu. Están hechos el uno para el otro. Ellos se defienden uno a otro. Si te aferras a la materia y no respetas el espíritu, entonces la materia no está contenta. Si honras el espíritu, entonces te preocupas por el mundo, y cuando tú te preocupas por el mundo, él se encargará de ti.
Yo soy el San Valentín de todo el mundo y el que reside en cada corazón. Si usted es mi San Valentín, ya no me veréis por todas partes. Tienen el mismo amor para todo el mundo, con diferentes sabores. Tú no puedes comportarte de la misma manera con todos, pero uno puede amar a todos ellos la misma manera. El amor trasciende el comportamiento y las etiquetas.