21 de abril de 2016
A la persona que discute no se le debería dar conocimiento. Una mente argumentativa no es receptiva al conocimiento. Cuando alguien está en un estado de ánimo argumentativo o peleador, brindarle conocimiento o consejo es en vano. En un estado de ánimo argumentativo sientes que ya sabes todo. Entonces, no estás listo para el conocimiento. Es por eso que la gente sabia no suele dar consejo cuando se encuentra en un ambiente argumentativo.
La discusión tiene un propósito, poner de manifiesto la verdad si no se le atribuye emoción o sensación de “Yo”. La discusión también puede tener una desventaja, haciendo que la mentira parezca verdad. Un hombre prudente no tomará en serio las discusiones, sólo se divertirá con ellas. La sabiduría está más allá de todo argumento o discusión.