¿Cómo practicar esta postura?
Acostate boca arriba con los brazos estirados y abiertos en línea con los hombros.
Doblá las rodillas llevando los pies hacia las caderas. Las plantas de los pies quedan totalmente apoyadas en el suelo.
Girá las rodillas hacia la izquierda hasta que la rodilla izquierda toque el suelo (la rodilla y muslo derechos se encuentran acostados sobre la rodilla y muslo izquierdos). Punto para revisar: Los omóplatos y los hombros permanecen en contacto con el suelo, mientras que el cuerpo está en posición semi doblado hacia la izquierda. Puede que uno de los omóplatos tienda a despegarse del piso. En este caso, para que el estiramiento sea efectivo, te sugerimos que hagas un esfuerzo extra para mantener ambos omóplatos sobre el suelo.
Mantené la postura y sentí el estiramiento en los muslos, la ingle, los brazos, el cuello, el estómago y la espalda. Con cada exhalación relajate más y descansá en la postura.
Después de un minuto, volteá lentamente la cabeza hacia el centro, luego enderezá el torso y las piernas. Repetí la torsión hacia la derecha.
Beneficios:
• Estira la columna y los cuádriceps.
• Relaja el cuerpo y la mente.
Contraindicaciones:
• Se sugiere evitar la práctica de esta postura en caso de lesiones en la columna.