Eres ambos – el Hacedor y el No Hacedor
Hay una hermosa historia en los Upanishads que dice, “Sobre un árbol de este universo, hay dos pájaros descansando – uno está disfrutando de la fruta, el otro esta solo observando, como un testigo”.
La historia indica dos aspectos en ti, es decir, el hacedor y el no-hacedor.
- Hay un aspecto de ti que está realizando todas las acciones.
- Y hay otro aspecto en ti que no está haciendo nada (el observador)
Ahora te podrías preguntar, “¿Cómo?”
En un nivel, te das cuenta que estas cambiando. Tus pensamientos están cambiando, tus emociones están cambiando, tu cuerpo está cambiando. Sin embargo, en otro nivel más profundo, hay algo en ti que no está cambiando en absoluto, es lo mismo. Así es como sabes que estas cambiando. Entonces, eres una combinación de ambos, el cambio y el no-cambio, lo tangible y lo intangible. De la misma forma, eres ambos, el hacedor y el no-hacedor.
Cuándo voltear hacia el No-hacedor
- Cuando estas en actividad, eres el hacedor, cuando descansas o cuando estas entrando en meditación, eres el no-hacedor (un estado en el que reconoces que todo en este universo está sucediendo a través de un poder superior).
- Cuando la culpa te consume o el orgullo se apodera de tu cabeza, entonces debes de comprender que tú no eres el hacedor.
Hacer algo bueno también te trae infelicidad porque haces demasiado y luego dices que nadie te reconoce o que nadie te escucha. No ser reconocido te hace desdichado y, si haces algo mal, también eso devora tu espíritu y crea un sentimiento de culpa. Cuando tales cosas suceden, debes saber que tú no eres el hacedor.
Las personas que han cometido los mayores crímenes en el planeta, en algún lugar profundo de su interior piensan, “Oye, yo no lo hice, ¿cómo pudo suceder?”
Se sienten sorprendidos y sienten que no son los hacedores, que solo sucedió. Si platicas con los grandes criminales del planeta, te darás cuenta que ellos mismos se encuentran atrapados en un acto criminal.
De la misma manera, alguien que ha hecho un trabajo excelente, sienten que únicamente sucedió, que todo se acomodó. Este no-hacedor es una experiencia en sí misma.
Cuando tengas que hacer las cosas, no digas, “Oh, yo no soy el hacedor”. No entres en ese modo. Solo te hará pedazos. Si debes de enfocarte en algún trabajo, enfócate y solo hazlo.
“No soy el hacedor” es una experiencia, en ocasiones, solo te embebe. Y también es un recordatorio para ti cuando estés masticando en la culpa o la arrogancia.
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